El bosque.

Serie Inconsciente

“El bosque que despierta” 

Dicen que, en lo más profundo de un bosque invisible, existen emociones que nunca aprendieron a decir su nombre. Allí nacen los colores sin forma y los recuerdos sin rostro, moviéndose como raíces de luz entre la sombra y el fuego.

Una noche, cuando el viento decidió guardar silencio, el bosque abrió sus capas. De sus entrañas brotaron destellos rojos como pulsos de vida, amarillos que latían como amaneceres y azules que respiraban calma. Cada trazo era un eco, cada mancha una huella de algo que estaba a punto de revelarse.

En ese lugar—ni sueño ni memoria—la energía comenzó a tejerse. Formas fugaces surgieron, como si la naturaleza misma estuviera confesando sus secretos: la fragilidad de lo que nace, la fuerza de lo que se transforma, la belleza de lo que no se deja atrapar.

Fue entonces cuando escuché ese murmullo interior y lo traduje en color. No pinté un paisaje: pinté un despertar. Un instante en el que el alma se reconoce a sí misma en medio del caos vibrante y descubre que también ella es bosque, incendio, río y cielo.

Hoy, esa revelación vive en la obra, invitando a quien lo observa a entrar, perderse y, quizá, encontrarse.

Mide 50cm x 65cm, y está enmarcada en espacial negro. Pertenece a la Serie Inconsciente

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