Orquídeas

Oleo en lienzo. 100cm x 100cm

Orquídeas nace como un estallido de memoria sensorial, un eco visual del viaje que realicé por Camboya, Vietnam y el sudeste asiático. Allí, la abundancia de orquídeas —sus formas imposibles, sus colores vibrantes, su presencia casi espiritual— inundó mi mirada y quedó latente, esperando transformarse en pintura.

De regreso al taller, esa imagen persistente comenzó a tomar forma. La obra se desarrolló en óleo sobre un gran formato de 100 x 100 cm, permitiéndome expandir la energía, la intensidad cromática y la gestualidad que necesitaba para representar no flores, sino la emoción de verlas. No busqué describir orquídeas: busqué la vibración que dejaron en mí, la sensación de un universo vegetal que respira, flota y se despliega en silenciosa abundancia.

Cada trazo, cada capa, cada transición entre luces y sombras es un diálogo entre recuerdo y presente. La pintura se mueve con la misma libertad con la que la naturaleza se expresa en aquellas latitudes: exuberante, vital, profundamente sagrada.

En Orquídeas, el color no representa; evoca. La pincelada no copia; reinterpreta. La obra es, en esencia, una traducción emocional de ese encuentro con la diversidad, la fragilidad y la fuerza de esas flores que, en el sudeste asiático, parecen custodiar el aire.

Orquídeas es un homenaje a la belleza que aparece sin avisar, a los paisajes que transforman la mirada, y a la manera en que el viaje, cuando es profundo, se vuelve parte de quien pinta.